lunes, 2 de abril de 2012

Nunca, Sara


Nunca he sido del tipo de personas que cuando llega a la parada el autobús está esperando. Estoy acostumbrada a las puertas en la cara y me intuyo algo propensa a equivocarme de dirección.

Tampoco he sido nunca de las que se le va la fuerza por la boca si no es cantando; a mí se me va por folios, en melodramas silenciosos y noches nerviosas de insomnio.

Nunca he sido de las que llegan a un examen con “de pé a pá” y se dejan mascar en el orgullo de sus éxitos. Soy más bien actriz de improviso y eterna concesión del beneficio de la duda.

Pero tampoco he sido nunca de los que se quedan en casa los días de lluvia por no mojarse. No acostumbro a llevar paraguas cuando lloro.

No soy además de las de doble o nada. Más bien mitad y vale, y quédate con las vueltas que no voy a hacer preguntas ni me lo voy a pensar dos veces.

Y tampoco soy de ducharme templadito antes de entrar en la piscina, ni de meterme poco a poco. Paso de alargar el sufrimiento aunque me provoque un corte de digestión.

Nunca soy, y nunca he sido muchas cosas, que no se a ciencia cierta si algún día seré. Pero siempre he tenido (y nunca lo he dudado) espaldas arqueadas bajo mis brazos que me han hecho no ser lo que nunca he querido, y que han apostado por mis nuncas, aunque nunca me lo hayan dicho.

2 comentarios: