martes, 3 de abril de 2012

Horas de tiempo frío


6 horas de sueño en la cama y 19 de sueño en la calle.
Vivo con la hora pegada al culo aunque nunca llevo reloj en la muñeca.
Qué desperdicio las vidas que pierden el tiempo y joder que frío hace en mi casa desde que ya no estás en mi vida.
Me acuesto tiritando todas las noches, aunque me tome cafés calentitos antes de dormir.
Y últimamente me está empezando a caer mal la almohada.
Hay un montón de perros ladrando en mi cabeza, quizá esté de resaca porque no me acuerdo de haber bebido y estoy pensando demasiadas tonterías para ser tan temprano.
Intento leer páginas en blanco, para entender en qué jodido momento decidí dejar de escribir la historia de nuestras vidas. Y siempre el entendimiento es la persiana que se baja cuando pega más el sol.
Son las 21:18 y debería estar estudiando. Debería haber hecho muchas cosas hoy, pero hace demasiado frío es la excusa perfecta (y la más idiota que se me ocurre).
“Mañana, tal vez mañana” es cuando diría todas esas cosas, y me hago la valiente temblándome las piernas, por eso aún no lo he dicho. Porque no me gusta temblar si no es por frío o es cuando tengo un orgasmo.
Acabo de posar mis inquietudes en mi vaso de café, para bebérmelas a cada minuto.
Paso de pedir explicaciones al escaparate que ayer anunciaba que por la mañana habría un alma en oferta de edición limitada y un corazón en rebajas. Paso.
Tengo nervios de tranquilidad y una mirada al frente, dispuesta a coger las armas como vuelvas a robarme el sueño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario