lunes, 2 de abril de 2012

Zalamero


Corretea por mis venas en la dirección que te plazca; siempre he sabido que eres de verso fácil, zalamero.
Eres deseo latente y un tachón de tinta china en los labios de mucha gente.
Amor barato, pero amor; quién coño fija los precios y las horas de trabajo que tengo que hacer para sellar tu boca.
Me miras, como acaparando la imagen que me queda, rastrojo, como si fuera una chica decente y tú el corazón más limpio.
Que la belleza, sabes, se vuelve trozos de papel alto gramaje guardado en un álbum de fotos. Así que no te preocupes tanto por los ojos que te rodean, que yo todavía te miro con hambre.
Y me hablas tú de libertad, pájaro, zalamero con alas de vidrio; que eso está en la cabeza, ¿comprendes?
Pero si quieres romper la jaula, lo primero va a ser gritar: te propongo un pacto de gemidos, que yo estoy llena de ruido, y tú desafinado. Podemos llenarnos de rock los sentidos hasta el día que me sangren los oídos y tengas que conformarte con una foto que huela a sudores y a intimidad, mientras escuchas música de moda.
Siempre he sabido que eres de verso fácil, zalamero, y no estoy segura de que sepas volar.

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