martes, 24 de julio de 2012

Por una vida sin paro


Vivir para trabajar, trabajar para vivir y viceversa. Dicen que hay gente que está en paro vital.
Y de repente, te encuentras de frente contigo mismo, sentado. Esperando en cualquier banco para un préstamo del tiempo que invertiste en la bolsa de no vivirte lo suficiente.
Y para entonces no se pagarán extras de excusas ni remordimientos por no haberte trabajado, tu mente y tu discordia que cambiaste por espejos.
Echarle la culpa al mundo siempre ha sido de cobardes.
Juventud.
Trabajarte. La magia de sentir la sensación de estar vivo. Compararte en la belleza del saber hacer de uno mismo. Regalarte, tu tiempo: sólo por cariño.
El esfuerzo del despertador sin ninguna obligación aparte de ti.
El ascenso, mental. El compromiso, propio. La jornada de asumirte, completa: con todas tus limitaciones y sueños.
Porque siempre hay oportunidad de volver a firmarte el contrato que una vez te otorgó el nombre. Y eso sí es una buena oferta: Sin personas a tu cargo y tu eterno responsable.
Ser el jefe de tu vida. Ser a secas, pero ser.
No te quedes en paro, no pares de vivirte a trago.

jueves, 5 de julio de 2012

Algo deben de tener los bares


Algo deben de tener los bares, porque se abren con la luna. Porque levantan sonrisas y la sed de los besos, muecas, miradas altivas, celos y versos.
Algo deben de tener que a veces, gobiernan en barras de Larios, que huelen a baile y a risa, que embriagan a aquel que los pisa, algo deben de tener los bares.
Algo deben de tener los bares, que parecen templos de historias, con dibujos desanimados que en la noche se despliegan; para contar sus historias, para exhibir sus princesas.
Algo deben de tener porque ellos, nos dan el sabor de boca que salva de la rutina, la saliva entumecida, susurros que arreglan mundos, lágrimas de plastilina.
Algo deben de tener los bares, que se fuman los recuerdos, que a la vez son la nostalgia de personajes de cuento. Algo deben de tener los bares, algo, pero yo no me acuerdo.
Algo deben de tener de magia, por sus luces y por sus fuegos. Algo deben de tener de encanto si son refugio de cuerpos.
Algo deben de tener los bares, y sus descuentos vitales; algo deben de tener de selva porque nos vuelve animales. Algo deben de tener los bares.
Algo deben de tener que siempre, les está rondando mi sombra: algo deben de tener los bares, porque se abren con la luna.

Sucios


Creo que están todas desperdigadas, mis cosas, digo; por los suelos de tu vida.
Mis cosas. No voy a intentar ordenarlas. Le encuentro cierta belleza al caos propio, y a eso de rebuscar entre lo inservible hasta que apareces.
A veces estamos sucios de tanto arrastrarnos. Si. A veces estamos sucios.
Mirando por la ventana tampoco se nota tanto mi amor, tampoco se nota tanto; que hoy parece que en cada pestaña hay una mentira clavada. Y eso es sucio, mi amor, muy sucio.
Y tus cosas.
Tus cosas relucen y me deslumbran, porque no las entiendo y porque eso me gusta. Porque son como las zapatillas viejas que siempre quiere tirarte mamá; pero son tus preferidas. Y no sabes por qué, solo que te gustan y te pasarías la vida caminando con ellas, por muy sucias que estén. Pues eso, contigo. Que tú ya me entiendes si te digo a qué quiero que huela mi habitación.
Eres como esas mentiras que me quiero creer y me creo.
Eres como todas mis cosas desperdigadas por el suelo de tu habitación: todo lo que tengo.